PRE-ESCRITURA
“I. ACOPIO DE IDEAS.
La construcción de un texto empieza con el acopio de ideas, datos y elementos
útiles. La realización de un escrito es similar a la preparación de un pastel;
antes de emprender la operación culinaria, es necesario procurarse todos los
ingredientes necesarios: la harina, los huevos, la mantequilla, la levadura y
el limón. En primer lugar, miraremos en nuestra despensa y en la nevera, para
comprobar lo que tenemos ya; después recurriremos, para lo que falte, a las
estanterías de un supermercado.
Se puede reunir ideas de tres formas:
en una lista desordenada, en un racimo asociativo y en un flujo de escritura.
a)
La lista de ideas. Es una secuencia de palabras
clave y de frases cortas que describen hipótesis, observaciones, informaciones
y datos relacionados con problemas planteados de una forma abierta, y
susceptibles de resolverse con un trabajo de documentación o con una reflexión
más detenida. Cada idea ocupa un renglón diferente de la lista, pero no se da
necesariamente una relación entre las ideas de los sucesivos renglones: el orden
es casual y también las relaciones entre las diversas ideas.
b)
El racimo asociativo. Se pone de manifiesto
mediante una representación gráfica las asociaciones entre las ideas… permite
la generación de un gran número de elementos. El mecanismo es el mismo que
aparece en el juego de la “cadena de palabras”: alguien dice “sol” y el otro
responde con una palabra relacionada como “luna”, “calor” o “luz”; el primero a
su vez, replica con una nueva palabra relacionada con la anterior, y así
sucesivamente.
c)
El flujo de escritura. Se plasma en el papel ideas e
informaciones del modo más rápido posible, a medida que se piensa sobre el
tema. En éste se empieza de inmediato a elaborar un texto, construyendo frases
y párrafos completos y se presta mayor atención a producir rápidamente una gran
cantidad de texto que a escoger las palabras y a construir bien las frases.
El
flujo de escritura puede ser utilizado para todas las clases de escritos.
Algunos lo encuentran muy útil en el caso de escritos argumentativos, en los
que es necesario expresar una opinión propia, porque ayuda a aclarar las ideas.
II. LA GENERACIÓN DE LAS IDEAS. El proceso de creación
de nuevas ideas resulta difícil de explicar, es posible describir algunos
mecanismos generativos sencillos que asocian ideas nuevas a otras ya
expresadas. Las asociaciones (relaciones entre dos o más ideas) son el
fundamento de la construcción de los racimos asociativos, pero intervienen
también en la elaboración de una lista de ideas o de un flujo de escritura.
a)
Asociación por analogía. Permite generar, a partir de
una determinada idea o información, otra idea parecida en algún aspecto. Una
vez encontrada una analogía entre dos ideas, es posible desarrollar otras ideas
basadas en una comparación más analíticas entre ambas.
b)
Asociación por contrario. Contrapone a una idea ya
presente otra que se puede considerar su ‘opuesta’; es fácil de generar y
permite a menudo crear comparaciones significativas.
c)
Asociación de causa. Pone en relación una idea, ya
expresada, con una nueva idea que constituye su premisa lógica (es decir, que
la explica), introduciendo una relación de causa-efecto.
d)
Asociación de consecuencia. Pone en relación una
idea que presenta un hecho, un fenómeno, con otra que describe sus
consecuencias, destacando una relación de causa-efecto en la que la idea
inicial desempeña la función de premisa.
e)
Asociación por precedencia. Dado un acontecimiento
o fenómeno, es posible destacar otros acontecimientos o fenómenos que lo han
precedido, respondiendo implícitamente a la pregunta: ¿qué ha sucedido anteriormente? Estos elementos pueden no tener
ninguna relación de causalidad con la idea inicial y estar sencillamente
ligados a ella por una relación temporal.
f)
Asociación por sucesión. Dado un acontecimiento o
fenómeno determinado, es posible destacar otros acontecimientos o fenómenos que
se producirán a continuación, respondiendo implícitamente a la pregunta: ¿qué
sucederá después? Estos elementos pueden no tener una relación de causalidad
con la idea inicial y sí tan sólo una relación temporal. La idea generada debe
estar de alguna manera incluida ‘en el tema’ planteado en la idea inicial.
g)
Asociación de generalización. Permite generar a partir de informaciones específicas, una conclusión
que las presenta de modo general.
h)
Asociación de ejemplificación. Se opone a la anterior
asociación de generalización. En este caso se genera una idea específica a
partir de un concepto general, de modo que la nueva idea viene a ejemplificar
aquel concepto.
i)
La búsqueda de tipologías. Se genera una
asociación entre una idea general y varias ideas más específicas, y esta
últimas proporcionan una tipología o clasificación de la idea inicial. Hay un
esfuerzo por generar ideas relacionadas entre sí, que describen la idea inicial
por medio de un conjunto de elementos situados todos en un mismo nivel.
j)
Asociación por experiencia personal.
Introduce hechos de los que se ha sido protagonista e informaciones de primera
mano, que concretan y hacen más convincente la idea inicial.
k)
Experiencia de autoridades. El mismo efecto de la
asociación por experiencia personal puede obtenerse a través de una asociación
por experiencia de autoridades, e la que el autor del escrito es sustituido por
una personalidad conocida.
III. LA ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS. Las ideas reunidas por medio de una lista, un
racimo asociativo o un flujo de escritura han de colocarse ‘en orden’ para
poder construir un discurso con ellas. La organización de las ideas es una
operación más crítica que el acopio de las mismas, por cuanto requiere la
utilización de mecanismos asociativos más complejos, capaces de captar
similitudes, construir razonamientos (distinguiendo las premisas y las
conclusiones) y desarrollar tesis coherentes. Para esta actividad es esencial
un esfuerzo de reflexión, un uso activo de la propia inteligencia.
Un
ejercicio preparatorio, que entrena a la mente para desarrollar su capacidad de
clasificación, consiste en subdividir un conjunto de objetos en grupos, o sea,
un conjunto de objetos que posean alguna característica común.
Es
fundamental saber abstraer, es decir, saber eliminar detalles superfluos de
modo que se puedan reconocer características comunes a todos los elementos de
una clase y saber poner en relación las clases, lo que significa distinguir las
relaciones que pueden presentarse entre clases distintas.
a)
Organización de ideas de un escrito. Es
necesario ante todo distinguir un número limitado de ‘ideas principales’
(categorías); a partir de ellas, después las ideas se dividen en grupos. La
determinación de las ‘ideas principales’
exige concentración y capacidad de examinar un problema en toda su
complejidad. La selección de ideas principales puede coincidir algunas veces
con la subdivisión del problema examinado en varios subproblemas, que luego se
tratan por separado.
b)
El mapa. Es una evolución del racimo asociativo,
que permite representar de forma gráfica, sobre la superficie de un folio la
organización de las ideas. En particular, presenta las ideas de un modo
jerárquico: las ‘ideas principales’ en posición dominante sobre las ideas
secundarias. El mapa resulta un instrumento eficaz en la fase de organización
de las ideas.
c)
El esquema. Presenta las ideas siguiendo un
orden y una jerarquía. El orden de las ideas del esquema se repetirá en el
texto (salvo en el caso de cambios eventualmente introducidos en el proceso de
la redacción). El uso de los niveles jerárquicos garantiza la posterior
organización de las ideas en función de su importancia y generalidad.
IV. LA DOCUMENTACIÓN. Es un
acopio de informaciones y de opiniones relativas al tema del texto.
Las
dos funciones de la documentación son:
i)
La recopilación de informaciones relativas al
tema: hechos, datos, experiencias, opiniones, etc.
ii)
La generación de nuevas ideas con el estímulo
de los elementos precedentes.
La
cantidad y el tipo de información que deben recogerse varían en función de las
situaciones.
Fases
de la documentación. El trabajo de documentación comienza con una
fase preparatoria, en la que se trata el tema desde diferentes ángulos. Es
preciso:
a)
Leer algún texto de carácter muy general y
sintético para hacerse una primera composición de lugar sobre el problema.
Puede tratarse de un artículo de un semanario que desarrolle una serie de
acontecimientos de actualidad; o bien una voz de una enciclopedia, o un párrafo
de un libro de texto. En el caso de una tesis de licenciatura, también puede
tratarse de una reseña sobre el problema en cuestión.
b)
Componer por escrito una lista de los objetivos de la
investigación, de los elementos sobre los que se desearía
encontrar información. Esa lista, que puede también tener la forma de una serie
de preguntas, ayuda a leer de forma más cuidadosa y activa, e impulsa a
seleccionar y a destacar las informaciones susceptibles de ofrecer una utilidad
concreta.
c)
Buscar un título para el escrito, caso
de que no tenga ya uno asignado. Los títulos, como los temas de investigación,
tienen que ser específicos y enmarcar un campo de trabajo restringido. En el
caso de que el título sea muy breve, escribir además un subtítulo más amplio.
La
documentación prosigue con una fase de desarrollo, en la que se alternan
momentos de selección de las fuentes, lecturas, acopios de apuntes y
organización de los materiales.
d)
Buscar otras fuentes (libros y artículos) a partir
de los textos consultados hasta el momento y hacer una lista de todas ellas.
Esa lista pasará a ser la sección final del trabajo: la bibliografía. Conviene
recordar que para algunos textos también pueden reunirse informaciones
importantes por medio de entrevistas e investigaciones ‘de campo’.
e)
Leer los textos así seleccionados y tomar
apuntes sintéticos.
f)
Reunir las propias ideas y reorganizarlas teniendo en
cuenta los materiales recogidos.
Apuntes
sintéticos. A medida que se leen artículos, informes,
libros y periódicos, conviene construir un archivo de todas las informaciones
útiles. Para esto es necesario tomar unos buenos apuntes. Los apuntes tienen
dos funciones:
a.
Sintetizar las obras consultadas
b.
Registrar nuestras reacciones inmediatamente
después de la lectura.
Los
dos puntos han de mantenerse bien diferenciados, de modo que se puedan citar
las propias opiniones o transcribir las valoraciones encontradas en las fuentes
bibliográficas, sin confundir una con otras.
ESCRITURA
De un estilo segmentado a un estilo
cohesionado.
Estilo segmentado: se caracteriza por periodos breves, una sintaxis
sencilla, presencia de cierta redundancia, distintos pronombres y muchos
puntos. Los textos de estilo fragmentado son, a igual cantidad de información,
más largos y fragmentarios.
Ejemplo:
Este
informe describe los resultados de nuestra investigación, investigación que
apuntaba a definir algunas situaciones estratégicas. En particular, nos hemos
ocupado de mostrar las situaciones que llevan al éxito a determinadas personas.
Nos hemos centrado únicamente en situaciones relativas a las instituciones
sociales.
Estilo cohesionado: presenta periodos más largos y una sintaxis más
articulada, este tipo de textos dan mayor número de informaciones en un menor
número de periodos, a causa de esto resultan más densos y concisos.
Ejemplo:
Con este informe queremos mostrar que el objetivo
de nuestra investigación es la caracterización de situaciones estratégicas que
reflejan el éxito de determinadas personas a través de las instituciones
sociales.
Si el objetivo primario es escribir
textos fácilmente compresibles, es preferible el estilo segmentado; en cambio,
si se quiere comunicar un pensamiento complejo, en un tono literario y cuidado,
es preferible optar por un estilo cohesionado.
Uso de la subordinación en lugar de
la coordinación
El estilo segmentado
utiliza preferentemente la coordinación y el estilo cohesionado la
subordinación.
Coordinación (o praxis): las proposiciones que forman el texto mantienen su
autonomía sin táctica y semántica. Ejemplo:
a. Hace calor, me voy a la piscina.
Cada una de las dos
frases están gramaticalmente completa y dotada de sentido.
Subordinación (o hipotaxis): las proposiciones que constituyen al texto está
situadas en relación jerárquica: una de ellas, llamada principal, es autónoma;
la otra, o las otras (llamadas secundarias o subordinadas) dependen de ella,
tanto desde el punto de vista gramatical como desde el semántico. Ejemplo:
b. Como hace calor, me voy a la piscina
Me voy a la piscina es la proposición principal, y como hace calor es la preposición subordinada.
Para
hacer un texto más denso y cohesionado, por lo tanto, en particular, de modos
de pasar de la praxis a la hipotaxis es necesario:
Uso de proposiciones subordinadas
explicitas:
Dos preposiciones
independientes pueden fusionarse en un período mediante la subordinación de una
de las dos a la otra; las preposiciones subordinadas pueden ser explicitas o
implícitas, las subordinadas explicitas explícitas se caracterizan por un verbo
personal (indicativo, subjuntivo o condicional); las explicitas tienen dos
proposiciones independientes y coordinadas.
Ejemplo:
Se le había hecho
tarde. Llamó a un taxi. Como se le
había hecho tarde, llamó a un taxi.
Simplificación de las proposiciones
relativas.
Al pasar de una
construcción paratáctica o una hipotáctica, una de las preposiciones se transforma
en relativa, ejemplo:
-
Los jóvenes bailaban
enlazados y los padres les miraban con simpatía.
-
Los padres miraban
con simpatía a los jóvenes que bailaban enlazados.
Cuando la
preposición relativa construye con el verbo copulativo ser, es posible dar un
paso más, ejemplo:
-
Sacchi, que es el
entrenador, ha llevado a Milán la victoria en dos copas de Europa consecutivas.
-
Sacchi, el
entrenador, ha llevado al Milán a la victoria en dos copas de Europa
consecutivas.
En lugar d toda una
proposición relativa es posible utilizar un adjetivo, ejemplo:
-
La afirmación que
finalizó el discurso resultó bastante extraña.
-
La afirmación final
del discurso resultó bastante extraña.
Uso del participio pasado
Dadas dos
preposiciones independientes, en algunos casos es posible pasar uno de los dos
verbos del modo personal a un participio pasado. Si el sujeto del participio coincide con el
de la proposición principal, el participio concordará con éste. Ejemplo:
-
Llegó a Sicilia y se
sintió feliz.
-
Llegado a Sicilia,
se sintió feliz.
En ocasiones, el uso del participio hace
indispensable una reelaboración de la proposición principal, ejemplo:
-
Las ruinas de la
zona no han sido restauradas. Está situación hace sospechar que faltan fondos.
-
Las ruinas sin
restaurar de la zona hacen sospechar que faltan fondos.
Uso del gerundio
Dos proposiciones
independientes pueden fundirse en un periodo, transformando en gerundio uno de
los verbos en modo personal; pero, en este caso, en español, hay que tener en
cuenta que solo se considera correcto que se transforme en gerundio el verbo
que expresa la situación anterior, y no la posterior, de las dos que se
combinan. Por eso, no se considera aceptable (marcada con asterisco) una de las
posibilidades, ejemplo:
-
El dentista hacia
esperar mucho rato; este hecho ponía nerviosos a los pacientes.
*
El dentista hacia
esperar mucho rato, poniendo nerviosos a los paciente.
-
El dentista ponía
nerviosos a los pacientes, haciéndoles esperar mucho rato.
Uso de las sustantivaciones
La sustantivación
consiste en la transformación en nombre o sustantivo de un verbo o de un
adjetivo, ejemplo:
Vencer… Victoria
Estudiar… Estudio
Rico… Riqueza
El uso de la sustantivación permite
difundir dos preposiciones independientes y suprimir pronombres y conjunciones,
con lo que se reduce, en algunos casos, el número global de palabras.
En la presencia de dos frases
separadas, en algunos casos es posible sustantivar el verbo de alguna de ellas,
construyendo una única frase, ejemplo:
-
El Museo de Brera ha
sido clausurado. Está situación ha irritado a los turistas.
-
La clausura del
Museo de Brera ha irritado a los turistas.
En algunos casos dos frases separadas pueden
fundirse también mediante la sustantivación e un adjetivo y la posterior reelaboración
de algunos elementos de las dos frases, ejemplo:
-
El aire de Roma está
contaminado. Este hecho exige tomar medidas.
-
La contaminación del
aire de Roma exige tomar medidas.
Otras técnicas para adquirir un estilo
cohesionado.
Uso de complementos
Las
preposiciones subordinadas pueden sustituirse a veces por un complemento. Para
ello es preciso determinar el tipo de preposición de que se trata y buscar un
complemento que la exprese, ejemplo:
-
Cuando llega la
primavera, adultos y niños se sientes más alegres.
-
En primavera,
adultos y niños se sienten más alegres.
Coordinación de elementos
Es
posible cuando las dos frases poseen una estructura simétrica y un contenido
igual en parte, o muy preciso, ejemplo:
-
Pablo es simpático.
Y además es realmente inteligente.
-
Pablo es simpático y
realmente inteligente.
Dudas lingüísticas
Algunos usos lingüísticos actuales
Dislocación de un término a la izquierda
En la lengua escrita
actual se observa con mayor frecuencia y aceptación el uso de construcciones
enfatizantes, típicas de la lengua oral, por anteposición o dislocación a la
izquierda de un término o proposición
subordinada par así destacarlo más al situarlo fuera de su posición ordinaria
y, sobre todo, al colocarlo en primer lugar, ejemplo:
-
Conviene dar
libertad a los niños desde una edad temprana (normal).
-
A los niños conviene
darles libertad desde una edad temprana (dislocación a la izquierda).
Algunos usos de los imperfectos y del perfecto
Imperfecto:
significa un momento del pasado sin delimitaciones del principio o fin, en que
la acción se encuentra en desarrollo, ejemplo:
-
cuando llamaron por
teléfono, Juan salía de casa.
Perfecto: el
perfecto compuesto y el perfecto simple significan acciones acabadas en
distinto momento respectivamente
próximo o lejano respecto al <<ahora>> enunciativo.
Perfecto compuesto: un momento inmediatamente pasado respecto al
<<ahora>>; un hecho ocurrido en un período de tiempo que incluye el
<<ahora>>; o bien un hecho cuyos efectos se aprecian en el <<ahora>>,
ejemplo:
-
he abierto la ventana,
pero sigue haciendo calor.
-
En este siglo ha
habido más avances que en todos los anteriores.
Perfecto simple: se expresan los mismos hechos perfectos y acabados; pero alejados del
<<ahora>>, en momentos menos o más remotos del pasado, ejemplo:
-
Mis padres han
muerto hace dos años.
-
Sus padres murieron
hace dos años.
Discordancias: manifestación lingüística absolutamente rechazable, consiste en la
discordancia del verbo de predicaciones impersonales. El verbo, por atracción
del objeto u otro complemento próximo, concuerda erróneamente con tales
complementos y no con el sujeto gramatical, ejemplo:
-
El rey ordenó a su
pueblo que buscasen los pendientes (incorrecto).
-
El rey ordenó a su
pueblo que buscase los pendientes (correcto).
Los pronombres le, la, lo
El uso del pronombre
le en función de complemento directo referido a
una persona masculina singular (leísmo
correcto) es una forma preferida por la mayoría de los escritores españoles
actuales, aunque la Academia prefiere la forma lo etimológicamente que es la usada por los hispanoamericanos y en
alguna regiones españoles, ejemplo:
-
He buscado a Juan y
no lo he visto (forma académica).
-
He buscado a Juan y
no le he visto (leísmo correcto).
El
uso del pronombre le en función de
complemento directo referido a cosas de considera regional y rechazable en la
escritura, ejemplo:
-
Perdió el libro,
pero ya lo ha encontrado (correcto).
-
Perdió el libro,
pero ya le ha encontrado (leísmo oral).
El
uso de la en función de complemento
indirecto (laísmo) referido a personas o cosas es propio de la lengua hablada de
gran parte de España, incluyendo Madrid, pero no se considera aceptable en la
lengua escrita, ejemplo:
-
He visto a María y
le he dado la noticia (correcto).
-
He visto a María y
la he dado la noticia (laísmo oral).
Es
frecuente en el habla, pero con poco prestigio en la escritura, el uso de la
forma les referida a personas
masculinas en función de complemento directo. Referida a cosas se considera
mucho más razonable en la expresión escrita, ejemplo:
-
He buscado a tus
hermanos y no los he visto (correcto).
-
He buscado a tus
hermanos y no les he visto (leísmo oral).
Se
les considera igualmente inaceptables en la lengua escrita, el uso de las
femenino en función de complemento indirecto, referido a persona o cosa y tan
frecuente en la lengua oral como el singular correspondiente, ejemplo:
-
He buscado a tus
amigas y les he dado la noticia (correcto).
-
He buscado a tus
amigas y las he dado la noticia (laísmo oral).
Las palabras extranjeras: el uso de éstas palabras en un texto español tiene
dos postural diametralmente opuestas: la primera, la de, los llamados puristas,
sostiene que es preciso evitar a toda costa el empleo de extranjerismos y que se ha de buscar una
expresión equivalente entre las palabras del acervo del léxico español. En
cambio, otra postura, condescendiente, es favorable a una difusión gradual de
las palabras extranjeras y a su asimilación de acuerdo con las condiciones
fonológicas y morfológicas de nuestra lengua.
En realidad, no pueden adoptarse de un modo
rígido ninguna de las dos. La elección de las palabras está relacionada con el
tipo de lectores a los que se dirige el texto y con la finalidad del escrito en
sí mismo.
El plural de las palabras
extranjeras: cuando
la palabra extranjera resulta inevitable habrá que decidir cómo formar el
plural. En general, se puede decir que, si el término está más o menos
asimilado o sancionado por la Academia, forma su plural según las reglas
generales de la lengua: añadiendo –s, si la palabra acaba en vocal, o bien –es
si la palabra acaba en consonante, ejemplo:
-
Chalé (singular).
-
Chalés (plural).
La acentuación
Acento prosódico y significado
Por acento prosódico
se entiende la mayor intensidad fónica con que se pronuncia una sílaba
determinada de cada palabra. Esa sílaba se denomina tónica frente a las
demás que serían atónicas
El
acento de las palabras españolas tienen dos condiciones que reclaman una cierta
atención y se ha de tener en cuenta porque justifican la necesidad de conocerlo
bien. Primero se pueden señalar muchos ejemplos de palabras cuyo significado
diferente se manifiesta por la distinta sílaba tónica, ejemplo:
-
Sábana, Sabana.
-
Sabia, Sabía.
Y
segundo, la posición de la sílaba tónica en la palabra es arbitraria en cada
palabra, hasta cierto punto, porque, según los porcentajes señalados, la
mayoría de ellas llevan el acento en la segunda sílaba.
Acento ortográfico: por las condiciones señaladas de colocación
arbitraria en una de las tres sílabas y para establecer el significado de
muchas palabras homónimas si no fuera por el acento, todas han de llevar
indicada la posición, la sílaba, donde se manifiesta el acento prosódico, o
bien gráficamente, mediante una tilde situada sobre la vocal tónica, o bien, en
contraste con las anteriores, por la ausencia de marca alguna
Reglas fundamentales de acentuación
ortográfica de las palabras españolas:
·
Llevan tilde las
palabras polisílabas agudas acabadas en vocal en vocal o en una de las
consonantes –n o –s sofá, café, león. Pero no lo llevan las palabras agudas
terminadas en cualquier otra consonante o en –y bistec, edad, farol.
·
Llevan tilde todas
las palabras llanas acabadas en una consonante que no sea –n o –s mártir,
cráter, cárcel. Pero no lo llevan las palabras llanas terminadas en cualquier
vocal, o en –n o en –s casa, vale, perro.
·
Todas las palabras
esdrújulas simples o complejas llevan tilde o acento ortográfico, máquina,
célula, apéndice.
·
Mantienen tilde los
adverbios en –mente cuyo adjetivo primitivo ya la llevase por alguna de las
reglas anteriores, cortésmente, fácilmente.
·
Las formas verbales
con pronombres enclíticos conservan la
tilde si la tenían (déme, dispónte), o bien aparece el acento ortográfico
cuando por la enclísis el acento prosódico se sitúa en la tercera o cuarta
sílaba: dámelo, dígame, decídselo.
Si
las combinaciones de vocales constituye un diptongo y el acento prosódico se
manifiesta en la vocal abierta, la acentuación ortográfica se atiene a las reglas generales, según sean
palabras agudas (comió, salió, después), palabras llanas (géiser, diésel, alféizar) y palabras
esdrújulas (miércoles, muérdalo,
ciénaga).
Si
las vocales sucesivas pertenecen a sílabas sucesivas constituyendo un hiato,
con el acento prosódico en la vocal cerrada (i, u), está se acentúa
ortográficamente en la tilde en cualquiera circunstancia, sin atenerse a regla
alguna (ahíto, raíz, baúl).
Acentuación
diacrítica
Para distinguir entre sí una serie de palabras
homónimas, monosílabas o no, unas levan acento ortográfico y otras no lo
llevan, según su distinta función y significado, ejemplo:
-
Él (pronombre) el
(artículo)
-
Tú (pron. Pers.) tu
(adj. Posesivo)
-
Mí (pron. Pers) mi
(adj. Posesivo)
El gerundio
El gerundio es una forma verbal impersonal.
Manifiesta un momento anterior, coincidente o inmediatamente posterior al
momento significado por el verbo principal en forma personal con el que se está
n relación. Indica el modo o el momento en el que se realiza la acción del
verbo subordinante o principal; pero también puede significar una condición o
causa de la acción principal, ejemplo:
-
Sabiendo que llovía,
decidió quedarse en casa
[Después de
saber].
-
Visitando el museo,
conoció a María
[Cuando
visitaba].
Es
totalmente incorrecto rechazable el uso del gerundio que signifique
posterioridad no inmediata al momento significado por el verbo principal,
ejemplo:
-
Entró en la sala
sentándose (a continuación) en una silla (posterioridad).
-
Entró en la sala y
se sentó (a continuación) en una silla (correcto).
Tampoco
se acepta el uso del gerundio con sentido especificativo o referido a un
complemento distinto del sujeto o del objeto directo del verbo principal, con
un sentido que no sea ocasional, ejemplo:
-
El paquete
conteniendo libros se perdió en el tren (especificativo, permanente).
-
El paquete que
contenía libros se perdió en el tren (correcto).
El
abuso de las paráfrasis de gerundio con sentido de presente actual o habitual,
durativo o imperfectivo, es un anglicismo que conviene evitar, ejemplo:
-
Está semana está
siendo discutida la ley en el Parlamento y parece que se está logrando un
redactado consensuado (durativo).
-
La ley se discute
está semana en el Parlamento y parece que se logra un redactado consensuado
(correcto).
Dominio del léxico normal
Dequeísmo: uso
innecesario de la preposición “de” como palabra de enlace, ejemplo:
-
Pienso de que.
-
Digo de que.
-
Sospecho de que.
-
Todo depende de que
no me ponga nervioso.
-
Estoy convencido de
que yo tenía la razón.
Queísmo: uso
excesivo de “que” como palabra de enlace, ejemplo:
-
Las casas que sus
paredes fueron pintadas este verano ya están muy deterioradas a causa de las lluvias del otoño (queísmo).
-
Las casas cuyas
paredes fueron pintadas este verano ya están muy deterioradas a causa de las lluvias del otoño (correcta).
La puntuación
Estilos en el uso de la puntuación
Para una mayor
sencillez en la exposición, se utilizará lo siguiente:
-
Puntuación mínima: es una puntuación pobre, usada por lo común por
escolares o por escritores inexpertos. Aparecen sobre todo los puntos y las
comas, raramente los dos puntos y el punto y coma. No es errónea si el texto
está formado por frases más bien breves, en un escrito segmentado y paratáctico,
ejemplo:
Tengo
calor, voy a la piscina.
-
Puntuación clásica: es una puntuación rica, que denota experiencia y
madurez. Se observa en ella todo tipo de signos existentes. En particular, se
emplean en abundancia los dos puntos y el punto y coma, ejemplo:
Tengo calor: voy a la piscina.
-
Puntuación enfática: puntuación típica de los textos publicitarios.
Utilizado todos los signos, pero la característica principal es la abundancia
de puntos, que aparecen incluso en lugar de las comas, de los dos puntos y,
sobre todo, del punto y coma. En consecuencia, los periodos suelen ser muy
breves, ejemplo:
Tengo calor. Voy a la piscina.
A
veces a la abundancia de puntos crea períodos que carecen de la proposición
principal, ejemplo:
Es un buen chico. A ratos.
Puntuación y significación
La presencia de
signos de puntuación permite captar la interpretación querida por el autor,
ejemplo:
-
Los niños saltaban
por la ventana gritando el padre los castigó.
-
Los niños saltaron
por la ventana; gritando, el padre los castigó.
-
Los niños saltaron
por la ventana gritando; el padre los castigó.
El punto
El punto es el
principal signo de puntuación en la estructuración de un texto, porque indica
el fin de una oración o enunciado, manifiesta ortográficamente una inflexión
entonativa descendente previa y representa una auténtica pausa, más o menos
duradera según corresponda de un párrafo o
de un enunciado o frase, el punto tiende a sustituir a la coma, al punto
y coma y a los dos puntos, sobre todo en el llamado <<estilo
enfático>>.
El punto y aparte es el signo de puntuación más importante en la distribución de las ideas para la compresión del texto
escrito: indica el fin de los párrafos o apartados y permite captar la
estructura del texto.
La coma
Indica un cambio de
inflexión entonativa o una breve pausa, y se usa con funciones muy variadas:
En las enumeraciones: para separar los elementos de una enumeración,
ejemplo:
-
Me he encontrado con
Francisco, León, Paula, Mariana.
Para separar los incisos: estos pueden estar formados por aposiciones,
atributos e incluso por proposiciones enteras, ejemplo:
-
Desde que se fue
María, ya hace ahora más de un mes, no hemos sabido nada de ella.
Antes de una aposición: cuando las preposiciones están coordinadas sin
conjunción alguna, se coloca una coma para separar las preposiciones, ejemplo:
-
Marcos lee, Fabio
juega a la pelota.
Para separar
las preposiciones subordinadas: cuando
las preposiciones subordinadas se desplazan, se anteponen o se enfatizan, en un
sitio, se encierran entre comillas, ejemplo:
-
El crítico, una vez
leído el libro, emitió un juicio negativo.
Para separar los distintos complementos: en el caso de una lista de complementos, se usa la
coma detrás de cada no de ellos, ejemplo:
-
A la orilla del mar,
con un intenso júbilo en el cuerpo, después de todo un invierno en la prisión
de la ropa de abrigo, los niños se bronceaban al sol.
Para separar al vocativo: el vocativo posee algunas de las características
del inciso y exige una coma antes o después, según su posición en el texto,
ejemplo:
-
¡Paquita, ven aquí!
-
No corras, Paquita
Para descartar el sujeto o el objeto: se rechaza el uso tajantemente el uso de la coma
entre el sujeto gramatical y el núcleo verbal del predicado o bien entre el núcleo
predicado y su comportamiento directo, ejemplo:
-
Los helados, no
debes comerlos todos los días.
Cuando se suprime algún elemento, previamente
mencionado o aludido, se coloca una coma en el lugar del elemento eliminado
para evitar la reiteración, ejemplo:
-
A unos les gusta ir
a la playa; a otros, [les gusta ir] a la montaña.
Punto y coma
El punto y coma
separa, como el punto, enunciados completos, o bien, como la coma,
proposiciones subordinadas constituyentes de una oración. Indica una pausa más sostenida
que la de la coma.
Sustituye a la coma: entre oraciones no enlazadas por conjunción
coordinante o subordinante explicita, ejemplo:
-
Unos tienen que
marcharse; otros, están cansados; otros no han tenido nunca interés; el caso es
que todos desean terminar.
También se coloca
punto y coma en la sucesión o enumeración de nombres, adjetivos o cualquier
complemento, sobre todo si en el interior de estos elementos ya existe alguna coma, o delante de
conjunciones como sin embargo, pero y otras adversativas, además de las
disyuntivas, causales, comparativas y consecutivas, para manifestar un mayor
énfasis o ruptura de la cláusula subordinada.
Sustituye al punto: en el estilo especialmente enfatizado y fragmentado
de algunos textos publicitarios. En lugar del punto y coma conjuntivo de la
enumeración, se usa el punto.
Los dos puntos
Los dos puntos
desempañan una auténtica función conectiva. He aquí sus principales usos:
Como conjunción: los dos puntos pueden estar colocados en el lugar de conjunciones
causales, consecutivas o explicativas, ejemplo:
Conjunción
causal: - he pasado toda la mañana en la piscina: porque hacía mucho calor.
Conjunción
consecutiva: - ha estudiado y está preparado: pasará fácilmente el examen.
Conjunción
explicativa: - hace mucho calor: más de cuarenta grados.
-
Terremotos, inundaciones y erupciones
volcánicas: esas son las principales catástrofes naturales.
Para introducir una enumeración: - Terremotos, inundaciones y erupciones volcánicas:
esas son las principales catástrofes naturales.
Para introducir un discurso directo: - Las palabras del médico fueron: “Reposo y una
alimentación equilibrada”
Para introducir un comentario o una aposición: - me sorprendí deseando que ganase Induráin: malo,
por varías razones.
Los fragmentos
Los fragmentos son
sintagmas o proposiciones subordinadas desgajados del período al que pertenecen
y separado de él por medio de puntos, ejemplo:
-
Existe una gran
necesidad de enfermos. Sobre todo en los hospitales.
La
presencia de un fragmento no se considera correcta en la escritura formal
escolar y universitaria.
Otros signos
Signos de admiración y de interrogación
Los signos de
interrogación y de admiración se usan para indicar una pregunta (¿ cómo estás?)
o una exclamación (¡qué hermoso día!). a veces se encuentran juntas para
indicar asombro y estupor ( ¡¿Estás seguro?! ¡Estás seguro? ¿Estás seguro!).
Los
signos de interrogación se usan también para preguntas retóricas que el autor
se plantea sí mismo para introducir un asunto.
Puntos suspensivos
Los puntos
suspensivos son tres, nunca menos ni más. Se emplean de una forma muy
restrictiva, sus principales usos son:
Para
mostrar un cambio de opinión: - he visto a Luisa… quería decir Carla.
Para
indicar asombro, o bien alusión, reticencia, inquietud, o bien para señalar
la presencia de un juego de palabras: -
al pasar por el puerto he visto… la barca de mis sueños.
Para
indicar una omisión voluntaria de las citas: en este caso, para evitar equívocos , los
puntos suspensivos aparecen entre paréntesis o corchetes.
Comillas
Existen tres tipos
de comillas:
<< >>
Comillas completas
“ ” comillas altas
‘ ’ comillas simples
Los usos
principales de las comillas son:
Delimitar el discurso directo o una cita: - Sus palabras fueron: «por favor, el pasaporte».
Destacar un vocablo extranjero o una expresión
coloquial: - Últimamente está muy
ocupado con sus «negocios».
Guión
Los usos principales del guión son los siguientes:
Para introducir un discurso directo: - Espero
que todo salga bien–dijo Azucena con gesto ilusionado.
Para separar inciso: - Llevaba la fidelidad a
su maestro –un buen profesor– hasta extremos insospechados.
Paréntesis y corchetes
Los paréntesis y los corchetes se usan:
Para separar una proposición subordinada: - quería
decirle (si me hubiera dejado) que cometía un grave error.
Para aislar un inciso de longitud considerable: - Las asambleas (la última duró casi cuatro
horas sin ningún descanso) se celebran en el salón de actos.
Para citar fechas, números y referencias: - El
año de su nacimiento (1616) es el mismo en que murió Cervantes.
POSTESCRITURA
Revisión. Una vez finalizada la redacción existen
amplias posibilidades de mejorar lo escrito. Antes que nada, puede hacerse un
balance de la organización del texto: en un análisis global se verifica si el
planteamiento pensado inicialmente ha quedado bien plasmado en el texto y si
‘funciona’.
La
revisión puede abarcar además una valoración sistemática de una serie de
aspectos del escrito, que varían en función del tipo de texto. Por ejemplo,
para textos argumentativos en los que se presenta una opinión apoyada en
diversos razonamientos, conviene utilizar los siguientes puntos:
@ Si la
tesis del escrito destaca con claridad.
@ Si
cada párrafo presenta una idea principal.
@ Si
todos los presupuestos de nuestros razonamientos han quedado claros y
explícitos.
@ Si se
ha presentado un número suficiente de ejemplos.
@ Si es
comprensible el hilo del discurso, a través de un uso adecuado de elementos
conectivos y de síntesis breves intercaladas en el texto.
@ Si se
mantiene lo bastante despierta la atención del lector.
La revisión más importante es la dirigida
a aumentar la legibilidad y la fluidez del escrito. El principal
objetivo de la revisión es hacer más claro el texto y fácil de leer.
Lo que se debe tomar en cuenta:
o Cambiar
el orden de las palabras
o Eliminar
las palabras superfluas
o Convertir
el texto de una forma pasiva a una activa
o Evitar
la repetición de sonidos
o Eliminar
las asimetrías
El redactado final. A menudo la forma de un
escrito cuenta tanto como su contenido. La grafía debe ser clara, las líneas
equilibradamente separadas, la organización del texto debe ser atractiva a
primera vista, haciendo resaltar las
ideas originales y las palabras bien elegidas del autor.
En
esta fase se toma en cuenta el aspecto final que conviene dar al escrito. Son
las ‘buenas maneras’ de presentar las notas, las citas y la bibliografía.
Referencia.
Serafini, M.T. (2009). Cómo se escribe (1ª Reimpresión).
México: Paidós.
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